¿Y qué pasa con el roble español? ¿No es válido? Actualmente el uso de roble español es escaso. Algunos bodegueros lo han denostado, pero existe una fuerte corriente que no lo descarta como sustituto del americano y el francés.
Hay que tener en cuenta que el roble español es escaso, por lo que su precio se dispara por encima incluso del roble francés. Pero parece ser que tiene calidad, así por lo menos lo asegura el estudio conjunto realizado por el INIA (Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria) y el ITACyL (Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León), que se han centrado en el tipo de roble más común en España, el roble rebollo (Quercus pyrenaica). De este estudio se extrae que las barricas de roble español ofrecen una calidad muy similar a la que pueden ofrecer las barricas de roble francés o americano.
De la misma forma, en La Rioja se ha realizado una investigación en la crianza de los vinos tempranillo, cuyos resultados ponen de manifiesto la calidad enológica del roble español para la crianza de vinos. De la investigación se deduce que el roble español presenta un contenido superior de polifenólico y en compuestos volátiles.
Un ejemplo de apuesta por las barricas de roble de origen español es Acontia, que comercializa vinos de las DO Ribera de Duero y Toro envejecidos en barricas de roble de origen nacional. Desde Acontia aseguran que el roble español aporta una exclusiva elegancia olfativa, dando lugar a unos vinos elegantes de sutiles aromas de cereza y arándanos, frescos, bien estructurados, cremosos y con especiales notas de fina madera en vía retro nasal.
Que hay potencial perfectamente válido para el envejecimiento de vinos de calidad con barricas de roble español parece indudable, pero no se puede ignorar que los bosques españoles son pequeños y no están preparados para su explotación comercial continuada como los bosques franceses, por lo que se requeriría una adecuada gestión y explotación de las masas forestales existentes para el aprovechamiento enológico.