La culpa de que hoy en día utilicemos barricas las tienen los celtas. Según los escritos de Plinio El Viejo, este antiguo pueblo ya lo utilizaba para transportar todo tipo de mercancías. Vivían en la zona central de Europa donde el frío y la humedad hacía crecer gran cantidad de bosques. De hecho la forma actual de las barricas poco tenía que ver con la forma de las barricas celtas (ahuecaban el tronco de un roble y le colocaban una tapa).
La conquista romana descubrió y perfeccionó su técnica y aprovechó la gran abundancia de robledales en la zona que les proporcionaba, una madera resistente y fácil de modelar para transformarla en depósitos contenedores.
Abandonaron sus frágiles ánforas de barro a favor de la madera y extendieron su uso por cada tierra conquistada. Transformaron el oficio de tonelería en una maestría y la implantaron en zonas vitivinícolas localizadas en las costas mediterráneas.
Pero, ¿por qué redondas? Es muy sencillo y se responde con otra pregunta ¿cómo moverías 225 kilos de manera fácil? Rodando ¿verdad? Es la forma más fácil. Con las transacciones marítimas la barrica o el tonel se utiliza como el mejor contenedor para transportar todo tipo de objetos (aceite, sal, azúcar…) y la capacidad de los barcos se medía según el número de toneles que podía albergar en sus bodegas: el tonelaje. Esta denominación, como bien sabrás, se utiliza en la actualidad para indicar peso y capacidad.
La curvatura de sus duelas es decisiva, ya que en su centro la superficie de contacto con el suelo es pequeña y ello permite que una sola persona pueda desplazarla haciéndola rodar. Además su forma consigue que las lías y residuos vegetales principalmente del vino joven, se depositen en el fondo y se conglomeren con lo que se facilita su clarificación. Por otra parte cuantas más duelas tenga la barrica, tanto más resistente es a los choques, mejor resiste las fuerzas de presión interiores y mejor es el aguante al apilado.
La estanqueidad de las barricas la descubrieron jugando con pequeños listones de madera, duelas y aros de mimbre o madera. Evitaron clavos y resinas jugando con la compresión y flexión de la madera. Los aros de la barrica resisten las embestidas del líquido interior.