Crianza

¿Por qué algunos enólogos usan barricas de roble usadas?

Seguro que al momento de escuchar o leer la descripción de un vino nos encontramos con que los enólogos hablan de añejamiento en barricas de roble de primer, segundo, tercer y hasta cuarto uso. Pero, qué significa realmente que se empleen barricas que ya han sido usadas y cómo influye esto en el resultado final del vino.

A la hora de la elaboración del vino, podemos encontrar enólogos que optan por las barricas nuevas. Cuando el vino madura en ellas, éstas aportan aromas intensos y pueden aportar notas a cedro, vainilla y algunas especiadas. Aunque depende también el tiempo que el líquido pase en la barrica, las nuevas pueden impartir aromas y sabores más fuertes.

Este efecto puede ir disipándose en la medida en que la barrica es usada. Conforme a lo publicado por el experto de la publicación estadounidense, después de tres o cuatro usos los barriles ya se consideran “neutrales”.

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A pesar de que sean usadas, las barricas neutrales siguen siendo funcionales para los enólogos ya que las utilizan para envejecer el vino antes de embotellar, pero sin la influencia de aromas y sabores que aportaría una barrica nueva.

Las barricas no solo se usan para sabores, también pueden ayudar con la textura y la sensación en boca de un vino, ya que permiten que pequeñas cantidades de oxígeno interactúen con el vino, lo que puede suavizar los taninos. Una barrica vieja o neutra hace esto sin agregar los sabores típicamente asociados con el envejecimiento en barricas nuevas.

Muchos enólogos usan barricas neutrales para obtener texturas más ricas y cremosas de los vinos. Algunos enólogos utilizan una mezcla de barricas nuevas y neutrales, o diferentes tipos, tamaños y tostados de barricas para conseguir el estilo que buscan.